martes, 9 de diciembre de 2008

La programación ecléctica, ca


El eclecticismo es tibio aunque se utilice tan sólo como una mera disculpa. Siempre lo ha sido. Basta cruzar a un loro con una lechuza para que nos salga un huevo indefinido. Cuando se programa un poco de todo para tener contentos a todos los de arriba se corre el riesgo de convertir el teatro público valenciano en el bazar del tío Paco. El nombre no es casualidad. El tamaño sí importa. Ahora, el afán popular por lo grande abre las puertas del Principal a un musical multitudinario. Ayer lo supe. Hoy no me puedo levantar. Ni mañana.