viernes, 31 de octubre de 2008

Matrimonios de zarzuela y miradas de circo

Ahora resulta que lo que dijo no lo dijo así y que además no lo dijo en público sino en privado, sabiendo que se pondría en público, y por lo tanto desautoriza lo autorizado y hay que ver cómo son los periodistas, que todo lo cuentan aunque sea verdad. Hoy leo en la prensa del día que en el libro de la polémica hay otras frases para analizar, además de la ya famosa sobre los matrimonios que no lo son. La verdad es que no sé cómo alguien, sea gay o no, insiste en que a lo suyo lo llamen matrimonio. ¿Pero se han fijado en lo horrible que suena esa palabra? Decía Thomas Bernhard, en una de sus demoledoras novelas, que todos tenemos palabras que no podemos escuchar, palabras que por una u otra cosa nos suenan mal, palabras que nos producen escalofrío, temor, espanto o simplemente que no nos gustan. Matrimonio es una de esas palabras, en mi caso. Matrimonio. Vaya palabreja. Como ayuntamiento, que también se las trae. Matrimonio. Matrimonio. Matrimonio. Yo suelo repetirlo muchas veces hasta que se deshace en mi boca como si fuera un caramelo de menta. Así pierde un poco su capacidad para producir carraspera. Ya pasó. Ya pasó. Peor es lo de enseñar religión en las escuelas, por pelotas. ¡Por dios, por dios! Otra vez no. Venga, hombre, por lo menos hasta una cierta edad. Que no, que no.
En fin, el revuelo sólo acaba de comenzar. Veremos hasta donde llegan los vientos. De momento ya hay muchos que han comenzado a soplar para echar una mano a la tempestad y otros tantos que se han puesto a clavar maderas para reforzar todas las entradas. Tarea tienen estos últimos, porque la estructura del castillo es mucho más débil de lo que aparenta, y hay tanto recoveco que rellenar y tanto resquicio que taponar que no darán abasto. Así que de nuevo a merced del temporal, con los ojos puestos en la tierra y las manos en el remo, como aquel español de Orán, gongorino cautivo de galeras.
Hay que ver hasta dónde puede llegar una frase dicha en plena digestión cuando quien la hace no es una persona real, por muy real que sea el personaje. Cosas de la zarzuela. A propósito. En diciembre, en el Olympia, se verán algunas de las más famosas zarzuelas. Así que los aficionados a ese género lírico estarán contentos. Se avanzan títulos antológicos. La rosa del azafrán, La revoltosa, La verbena de la Paloma y La corte del faraón. Nada menos. Y en la corte del rey, o sea, en Madrid, el Circo Gran Fele inauguró el pasado día 29 el Ciclo Miradas de Circo, del Festival de Otoño, con el estreno absoluto de su nueva obra, “A”, en el Teatro Circo Price, donde permanecerá con actuaciones diarias hasta el próximo domingo 2 de noviembre. Todo un lujo para el Festival, y una excelente ocasión para que Rafael Plá y los suyos dejen clavada una pica en el corazón del reino.