sábado, 28 de febrero de 2009

Arde el teatro

Literalmente. Ése ha sido el final del teatro de la Princesa. Parece ser que el acuerdo entre los propietarios y el Ayuntamiento de Valencia no funcionó por la diferencia de euros entre la avaricia y la desidia. Pues ya se ha acabado el problema. Seguramente ahora se comprará a precio de solar. Qué cosas. Y el asunto de Carme Teatre ahí mismo, en la entrada anterior y con el mismo y vil motivo: la puta pasta. El propietario quiere más, y sabe cómo obtenerla. Sin bichos, sean comediantes o comerciantes, se lo pagan mejor. Le da lo mismo lo que ocurra con el teatro. ¿Y el Ayuntamiento de Valencia qué dice sobre esto? Veremos. Veremos qué actitud toma ahora el Excelentísimo y la Excelentísima que lo dirige.