martes, 21 de octubre de 2008

Premios

Ahora resulta que todo el mundo lo conocía (yo no) y nadie hablaba de él. Yo no sabía nada de este autor, ya digo. Pero ahora ya sé algo y me han entrado unas ganas tremendas de leer y ver montadas sus obras. He conocido olvidos que siguen en el olvido y que quizás nunca salgan de él. Sin embargo el de Miguel Romero Esteo (Premio Nacional de Literatura Dramática 2008, por su obra Pontifical, escrita en 1965, censurada por el Régimen -ya saben-, y publicada por primera vez en el año 2007, editorial Fundamentos) me parece indigno si todo ha sucedido como se cuenta ahora. Ese Premio Europa de Teatro en 1985 compartido con otros autores de renombre, a propuesta de los propios representantes españoles en el jurado porque consideraron que el compatriota era un desconocido que daba por si sólo poco fuste al premio, es como para dimitir de la nacionalidad. Qué injusto es que los premios los concedan casi siempre los más cobardes. Casi siempre.