miércoles, 30 de julio de 2008

Roberto García

Tras el éxito de la primera exhibición de Moby Disc en la pasada Mostra d’Alcoi, pedí a su autor, Roberto García, que me hablara sobre la Mostra y, sobre todo, de su trabajo como autor y director.

“Hay un elemento esencial en el trabajo que he iniciado con L’Horta hace cinco años que es la búsqueda de nuevos lenguajes, aunque a mí eso de nuevos me da cierta vergüenza decirlo porque ya está todo inventado”.

Estas fueron sus primeras palabras, luego todo fue de corrido porque se expresa verbalmente con la misma facilidad con que escribe y monta sus obras. Sólo me queda poner las comillas.

“A nosotros nos gusta trabajar con las nuevas tecnologías, pero siempre lo hacemos procurando no caer en la fascinación estética, porque corres el riesgo de devorar el contenido y dejar vacía la obra teatral. Siempre ponemos por delante una propuesta dramática y un trabajo actoral, porque pensamos que es mucho más importante.”

“En obras anteriores trabajamos con material audiovisual, pero en Oral y Moby Disc quisimos adentrarnos en el mundo del sonido. Es algo que ya se ha hecho en otros ámbitos como el de la música electrónica, las performances, los conciertos de música hause… Digamos que ya se utilizaba, pero no tanto en el teatro, y yo vi la posibilidad de hacerlo para contar cosas que tienen que ver con la vida. Verás, hay un concepto en la música que es muy antiguo que tiene que ver con la repetición y la variación (que ahora en el argot moderno se llama loop), pues bien, la tecnología actual nos permite convertir en “loops” trozos de vida, porque la vida es una repetición con pequeñas variaciones. Me pareció interesante jugar de esa manera con el protagonista de Moby Disc, que es una persona corriente que vive en un mundo caótico, fragmentado, bombardeado por mil estímulos que no le permiten hacer algo tan sencillo y a la vez tan difícil como es coger un libro y ponerse a leer.”

“La utilización de un recurso como el loop, que representa ese bucle eterno en el que estamos metidos, nos dio la idea para hacer la obra. Además hay una intención de no darle a la historia un tratamiento lineal, sino de contarla más como un puzzle en el que primero se van presentando los fragmentos que la componen y luego se desarrollan. Eso tiene un riesgo, y nos obliga a pedir al espectador que sea paciente, que espere a ver más para ir encajando las piezas.”

“Suelo afrontar la creación con ese punto de vista irónico y desenfado que dices, porque el humor y, en un grado más fino, la ironía actúan como un bálsamo a la hora de afrontar la realidad, te permiten distanciarte de ella sin que por ello te despegues del todo.”

“Yo también disfruto el humor como espectador, porque me gusta lo divertido. Pero no cuando es escapista. Hay un humor escapista que elude la realidad, y eso a mí no me interesa. Estamos hartos de verlo en televisión, y yo creo que el teatro tiene que ser minoritario en el buen sentido de la palabra y ofrecer cosas diferentes.”

“Yo vengo del teatro, estudié arte dramático, pero sí, tengo formación musical y compongo la música de mis obras. Me gusta mucho porque creo que la música es el lenguaje más universal y abstracto que ha inventado el ser humano, y aunque carece de la fuerza del contenido que tiene el teatro, para mí es la sublimación del arte. Además es un modo de enganchar al público.”

“Ayer (viernes, 13 de junio) fue el estreno absoluto de Moby Disc. Hasta ahora sólo habíamos hecho un par de pases para amigos en la sala que tenemos en L’Horta, para ver qué pasaba, porque siempre nos preguntamos si la gente captará la historia. Y la verdad es que tuvimos buenas vibraciones, y ayer en el estreno volvimos a tenerlas, vimos una respuesta cálida. Y a pesar de que el espectáculo es un poco gamberro y juega a desmenuzar la historia para luego armarla otra vez, nos dio la sensación de que la gente entraba bien en ella.”

“Otros años, sí. Pero este año no he visto nada de la Mostra. Sólo lo de Yllana y L’Om Imprebis. Es un tipo de humor algo más facilón, sí, pero es un buen espectáculo y la gente se lo pasó bien.”

“Vengo a la Mostra desde hace años. Aquí se ve lo que se va a ver en Valencia en la temporada próxima. Las compañías vienen aquí sabiendo que se la juegan, porque están la mayor parte de los programadores. Tu futuro de venta pasa por aquí, y en ese aspecto siempre ha funcionado bien la Mostra.”

“Quizás sí sea un coto cerrado, pero no sé cómo se podría arreglar eso. Tal vez abrirla más, pero es difícil. O pones más días, o seleccionas más todo lo que se pone de teatro valenciano. No sé, la verdad es que estaría bien que viniera más gente de fuera, como pasa en el VEO. Pero es que el VEO es otra cosa. Estaría bien que vinieran de fuera y que nosotros saliéramos más, ésa es nuestra asignatura pendiente. También hay cierto desconocimiento de lo que se está haciendo fuera, y eso es un poco triste.”

La Mostra de Alcoy

Hasta veintitrés espectáculos se pudieron ver en la XVIII edición de la Mostra de las Artes Escénicas de Alcoy, celebrada entre el 11 y el 14 de junio. Teatro sobre todo, pero también danza, circo, musicales y hasta una ópera familiar. Por Alcoy pasaron en esos días importantes compañías valencianas y otras venidas de Madrid, Mallorca y Barcelona, dando a una Mostra, ya consolidada, un aire que apunta, ligeramente todavía, hacia la apertura de nuevos territorios. La música en directo, por ejemplo, ha tenido en esta edición una gran relevancia. Y no sólo por los espectáculos musicales propiamente dichos como la ópera familiar que ha puesto en escena Bambalina o el MusiCall presentado por L’Om Imprebis e Yllana, sino porque ha participado en vivo en otras varias representaciones. Tal es el caso del espectáculo de música-clown que Engrata Teatre de Alzira ha presentado en la acogedora Plaza de Dins, y también el que el Circo Gran Fele recreó dentro del excelente espacio del renovado Teatro Calderón.
El balance ha sido muy positivo tanto en lo artístico como en lo profesional, en palabras del director de la Mostra, Miquel Santamaría, quien ha manifestado también su satisfacción porque, a pesar de las dificultades surgidas a raíz de la huelga de transportistas, no se haya tenido que suspender ningún espectáculo.
En el Espacio del Mercado se han materializado un buen número de encuentros profesionales y algunas contrataciones interesantes (se cuenta que una compañía ya tiene firmados compromisos que cubren al completo la próxima temporada). Por otro lado, las presentaciones de Contaria 2008 (que en el próximo mes de octubre celebrará su segunda edición en la ciudad de Valencia, con el apoyo explícito de la Diputación) y la de la colección de publicaciones de la Universidad de Valencia; la asamblea de los empresarios valencianos de teatro y circo (AVETID), la de los Gestores Culturales del País Valenciano y la publicación del informe anual del Circuito Teatral Valenciano han otorgado una vez más a la Feria el carácter de profesionalidad que le caracteriza. Sólo falta que el público de Alcoy se vincule más a la Feria y acuda en mayor número a ver los espectáculos. Un buen deseo.
En cuanto al aspecto artístico, se puede decir que se han visto espectáculos de buena calidad. Por citar algunos que no debieran pasar desapercibidos, aun a riesgo de olvidar otros de igual mérito, señalaremos el de la compañía madrileña Teatro Meridional, La verdadera historia de los Hermanos Marx, una hilarante comedia compuesta de escenas que remedan las de las películas de los legendarios hermanos; el presentado por Arden, Clandestinos, con texto y dirección de Chema Cardeña, que cambia los elementos clásicos de la traición que condujo al martirio a Jesús de Galilea, en una propuesta arriesgada; un parsimonioso espectáculo de danza, Holly Heels – Santos tacones, con coreografía, dirección e interpretación (junto a la alemana Karen Piewig) de Mónica Gomis, que se recrea en la lentitud y el cruce de miradas, y que ha dejado algún dolor de cabeza y una clara división entre los espectadores; un trágico drama moderno, Howie y el Rookie, del irlandés Mark O’Rowe, que muestra la violencia y la sordidez del ambiente arrabalero de la gran ciudad europea, puesto en escena por Germinal Producciones en versión castellana de Juan Vicente Martínez Luciano y dirección de Antoni Tordera; dos comedias ligeras con mucha chispa y en general una buena interpretación (alguna, sobresaliente), Fuga, de Jordi Galcerán, en un montaje de Saineters – Yorick S.C. , dirigido por Juan Luís Mira, y T'espere baix, de Juli Disla, obra por la que precisamente se le ha concedido el premio de Teatro Ciudad de Alcoy 2008, puesta en escena por Combinats; la ópera familiar, Hola Cenerentola, de Rossini, con adaptación y dirección musical a cargo de Jordi Bernàcer, que encantó a los pocos pequeños y muchos mayores que llenaban el Calderón y en la que destacaron el espacio escénico y el vestuario, que parecía sacado del país de las maravillas (foto izquierda); y una obra sorprendente que dejamos para el final porque nos ha parecido la propuesta más novedosa de cuantas hemos visto en la Mostra. Se trata de Moby Disc, de Roberto García y L’Horta Teatre, con la dirección del propio autor y la excelente interpretación de Esther López y Alfred Picó. Ya había demostrado este autor-director su maestría experimentando con el sonido, lo vimos a principio de año en el festival VEO con Oral, una propuesta más que interesante que, debido al debido al carácter jurídico de su productora (La Fundación VEO), encuentra dificultades para su regular exhibición en sala.