viernes, 28 de noviembre de 2008

Personajes

“Hay apodos que ilustran no solamente una manera de vivir, sino también la naturaleza social del mundo en que uno vive”. Así comienza una novela de Juan Marsé, seguramente la más conocida de este autor. De este modo prepara al lector para que comprenda el profundo significado del inminente apodo que va a leer: el Pijoaparte. Un apodo y un personaje que han pasado a formar parte de la historia de la literatura española. Luego sigue una primera descripción del personaje que aborda tanto su aspecto físico como –y sobre todo- su aspecto social, ambos cogidos de la mano, porque sólo gracias a su agraciado físico el individuo del que se habla puede soñar con el despegue social que bulle en su cabeza. Sin duda se trata de una descripción extraordinaria que merece la pena ser releída una y cien veces. Un auténtico ejercicio creativo en el que Marsé utiliza estrategias y elementos muy variados. No sólo lo define de manera directa por alguna de sus características físicas o psíquicas, sino que utiliza las sensaciones ajenas. Así, la impresión que causa en quienes lo ven apoyado en un coche que no le “pega”, no sólo señala el superior estatus social de estos (y su manera de pensar) sino que también, por contraposición, y de forma extraordinariamente aguda, está aportando al lector el dato esencial para entender la psique del personaje que se describe. Genial. Ya entonces me dejó tocado su maestría, hasta hoy. Claro que me alegro por Marsé, y por ese Premio Cervantes 2008. Igual que me alegra, y mucho, el que los componentes de Carme Teatre recibieron ayer concedido por la Cartelera del Diario Levante en su décimo octavo aniversario, y su undécima entrega de premios. Enhorabuena a Aurelio, a Raúl y al resto del equipo por el merecido reconocimiento que están recibiendo en estos últimos tiempos.